El Gran Cambio en el mercado laboral de Colombia.
Colombia podría estar viviendo un cambio histórico en su mercado laboral: más empleos con menor crecimiento económico. Sin embargo, un riesgo macroeconómico amenaza con revertirlo todo. ¿Estamos ante una oportunidad única o al borde de una nueva crisis?
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Nicolás A. Rojas Pardo
8/14/20254 min read
Colombia desde la gran crisis del 98 ha tenido un problema estructural que ha venido cargando año tras año y es la resistencia natural para crear empleos. Prueba de eso es que en 1996, el año previo al inicio de la crisis, la tasa de desempleo era del 7.2% valor que se disparó al 16.6% para el 2000 cuando se llega a su valor máximo y último año de la gran crisis del UPAC.
Desde esa época la economía colombiana ha brillado por ser incapaz de crecer generando empleos, un ejemplo de esto es que nos tomó 16 años volver a niveles similares a los que teníamos previo a la crisis financiera, porque en la década de los 90 antes a la recesión la tasa de desempleo promedio fue del 7.6% con un crecimiento promedio de la economía durante esos 6 años de un escaso 3.4%.
Mientras que desde el 2000 hasta el 2019 la economía creció en promedio 4% siendo superior al promedio del crecimiento de las ultimas 2 décadas del siglo XX, la tasa de desempleo casi no reaccionó. No importaba si la economía crecía al 6% como lo fue entre el 2006 y 2007 o si la economía crecía al 3% como en el 2008, el desempleo en el mejor de los casos se reducía en promedio un 1%, es decir la economía colombiana crecía generando pocos empleos y por ende pocas oportunidades.
La razón es muy simple: El motor de la economía se volvió el sector minero-energético que requiere grandes masas de capital, pero muy poca mano de obra. En otras palabras, se invertía mucho capital para crear pocos empleos y esta fue la realidad del mercado laboral colombiano hasta la pandemia, que nos devolvió a las dramáticas tasas de desempleo de la época de la crisis financiera del UPAC.
Pero desde el 2022 a la fecha, ha sucedido algo que desde el punto de vista económico debería ser un llamado para la academia y para los políticos; porque esa estructura del mercado laboral da signos de haber cambiado casi de forma dramática, siendo este un cambio para bien. Porque en lo que llevamos del gobierno Petro, lo máximo que ha crecido la economía colombiana es un 2.7%, el cual es el crecimiento del primer trimestre del 2025; pero la tasa de desempleo sea desplomada a un 8.6% para el mes pasado de julio.
Hay indicios que sugieren que la dinámica de generación de empleo ha cambiado donde ahora se están generando empleos con poco crecimiento económico, lo cual es positivo para la economía y en general para los colombianos porque entre más empleos haya mejor serán los salarios y más oportunidades hay para toda la población.
Lo cierto es que, si ésta aparente dinámica de cambio estructural del mercado laboral se vuelve una realidad económica, a medida que la economía recupere su crecimiento y vuelva a crecer sobre su media histórica de crecimiento promedio, es decir entre un 3% y 4%, sería razonable pensar que la tasa de desempleo se acerque o incluso llegue a los niveles de pleno empleo.
Otro cambio interesante en la dinámica macroeconómica es la aparente ruptura de la relación entre inflación y desempleo en el corto plazo, porque lo cierto es que la tasa de desempleo se ha reducido casi simultáneamente que la inflación va en caída libre y aunque en teoría este es un fenómeno pasajero a consecuencia de reequilibrio de la economía después del traumatismo de la pandemia entre más prolongado sea, más notorio será el cambio estructural que dejará en el mercado laboral colombiano y su dinámica posterior.
La razón es muy simple. Porque aunque el Banco de la Republica se ha resistido a reducir la tasa de interés por el miedo de generar inflación a consecuencia de una política monetaria más laxa, lo cierto es que todo indica que cuando se estabilice la inflación y el Banco de la Republica considere oportuno reducir la tasa de interés, esta política monetaria expansiva que como consecuencia natural dinamiza la economía y le da combustible para crecer a tasas mayores, también tenga un efecto de sinergia en reducir más la tasa de desempleo.
Porque si este cambio estructural de la economía colombiana que aparentemente se ha venido consolidando desde el 2022 es una realidad en donde la tasa natural de desempleo es mucho menor que la media histórica de las últimas dos décadas y se logra volver la inflación a la meta del banco de la república, estaremos en uno de los mejores escenarios económicos que el país a vivido en lo trascurrido del siglo XXI.
Lamentablemente no todo es un jardín de rosas, porque la economía colombiana tiene una peligrosa combinación que puede hacer volar todo por los aires si el desequilibrio se sigue ahondando, y es que el déficit gemelo que Colombia tiene es una bomba de tiempo que debería ser desactivada prontamente. Esa combinación de un déficit fiscal creciente más un déficit en la cuenta corriente en la balanza de pagos es una combinación explosiva y muy peligrosa. Si el riesgo de aumento del costo de sostenimiento de la deuda se materializa puede llevarnos a una situación económica que en el mejor de los casos puede ser dramática.
Dado este escenario de aparente cambio de la estructura económica de Colombia y el gran riesgo que nos pone esa dupla de déficits, es claro que desde el punto de vista económico el gran reto de la política económica y del actual Gobierno como del venidero; es controlar el déficit fiscal y seguir fortaleciendo la política de empleo y crecimiento económico, porque hasta el momento resulta un éxito aparente lo cual no es una receta fácil de encontrar, no por nada el Estado tiene un peso tan central en la economía colombiana.


Nicolás Rojas Pardo
Análisis macroeconómico y asesoría en políticas ambientales, políticas fiscales y legislativa.
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